El acoso escolar o bullying (intimidación) se produce
cuando un niño insulta, agrede o tiene un comportamiento hostil hacia otro
niño, generalmente más pequeño, débil o indefenso, y este comportamiento se
produce de forma continuada en el tiempo.
La violencia escolar suele ser mucho más social y psicológica que física. Aunque la agresión física, intimidación y coacción también se producen, es más frecuente la exclusión social, aislamiento, ridiculizar, humillar, no dejar participar en actividades, indisponer a los compañeros contra la víctima, hacer correr rumores, etc.
Este acoso psicológico es mucho más dañino que el acoso
físico y produce mayores tasas de estrés postraumático y deseos de suicidio.
La gente piensa que
las niñas no se agreden, pero es falso. Lo que sucede en el caso de los niños
es que la agresión es más visible y más física. Los ataques se dan de manera
distinta en cada género y en las niñas esa agresión es sobre todo relacional,
es decir, a través del chisme, hablando a las espaldas de la compañera que es
víctima del abuso, excluyéndola”
Los
casos más comunes de intimidación escolar en grupos de niñas tienen que ver con
que una de ellas sea más atractiva físicamente, lo cual la convierte en blanco
de las agresiones. También se da que las amigas de la agresora se meten en el
juego, con ofensas verbales, apodos o miradas. A ellas les da miedo agredir
físicamente por el miedo a ser expulsadas.
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